Un icono del diseño de su época, redefinido para recuperar su gloria en los tiempos actuales, el diseño de la nueva BSA Gold Star es una evolución acorde con nuestra motocicleta de mayor éxito.

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Fue en el verano de 1973 cuando la última moto con el emblema BSA salió de la factoría de la marca inglesa. Así se puso punto y final a 63 años de producción ininterrumpida de la mayor firma británica de su tiempo, y por tanto en aquella época, de todo el mundo. En 2022 regresa a la actividad con un primer modelo que repite la denominación de su modelo más mítico, la Gold Star, pero ahora bajo la tutela del gigante indio Mahindra, propietario de los derechos de la marca desde 2016.

Durante estos últimos cinco años, Classic Legends, empresa subsidiaria de Mahindra, ha trabajado en este proyecto bajo el liderazgo de su CEO Ashish Joshi, quien previamente trabajó en Royal Enfield durante 15 años.

l propulsor para este tributo a una de las insignias más legendarias de la historia de la moto exhibe un esquema monocilíndrico de 652 cc (100×82 mm) dotado de refrigeración líquida, con un radiador que queda muy recogido. A pesar de ello, por cuestiones de imagen, se mantiene el aleteado clásico de los cilindros. La relación de compresión se eleva a 11,5:1 y cuenta con distribución DOHC mediante cadena. Añade doble eje de equilibrado para reducir vibraciones, inyección electrónica y su caja de cambios de cinco marchas incluye embrague antibloqueo. 

La potencia se cifra en 46 CV a 6.000 rpm al cigüeñal y el par en 55 Nm a 4.000 rpm. De este modo se adentra en el territorio del carné A2, aunque la marca afirma que puede extraer más potencia para futuras versiones especiales tipo Clubman. Su velocidad máxima se cifra entorno a 167 km/h.

Este propulsor se ha diseñado por los propios ingenieros de BSA y ha contado con la colaboración de la Universidad Técnica de Graz (Austria), tradicionalmente vinculada al desarrollo de modelos monocilíndricos de 4T de KTM como las Duke 690 o la Husqvarna Svartpilen/Vitpilen 701. La curva de par es prácticamente plana, tanto que a partir de solo 1.800 rpm ya dispones de más de 40 Nm a lo largo de todo su recorrido.

El chasis tubular de acero de la BSA Gold Star 650 es un doble cuna desarrollado por otro de los colaboradores del proyecto, Ricardo Motorcycles, empresa también radicada en Gran Bretaña. Replica la imagen clásica, con los huecos para el depósito de aceite y la caja de herramientas en sus laterales. La horquilla es una convencional no regulable con barras de 41 mm (26,5º de lanzamiento) acompañada detrás con dos amortiguadores con reglaje de precarga. La altura de asiento es de 780 mm y la distancia entre ejes alcanza los 1.425 mm, bastante elevada para una moto monocilíndrica, aunque así se deja mucho espacio para llevar pasajero.

La llanta delantera es una unidad de 18” y la trasera de 17”, ambas con llantas de 36 radios dotadas de neumáticos Pirelli Phantom Sportscomp. El peso declarado es de 198 kg en seco y 213 kg con todos los llenos hechos, y para la frenada se confía en un disco frontal de 320 mm com pinza Brembo de doble pistón y un trasero de 255 mm con pinza la misma marca italiana de pistón simple.

El consumo declarado se limita a 4 l/100 km y los intervalos de mantenimiento se extienden hasta los 10.000 km. En el manillar se encuentran sendas tomas USB, además de incluir en la barra izquierda del chasis una toma de corriente para enchufar componentes calefactables. Es una moto Classic, sí, pero más “modern Classic”. 

Sus decoraciones muestran un gran calado retro, con combinaciones en plata, negro, verde, rojo o negro. En cuanto al precio, todavía no se ha especificado, pero no puede quedar muy lejos de competidores directos como las Royal Enfield 650. El respaldo del gigante Mahindra es una garantía de continuidad de este nuevo proyecto. No podemos más que dar la bienvenida a una de las marcas más míticas de la historia de las dos ruedas. ¡BSA ha vuelto!

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